El Caso Plame o “Plamegate”, que llenó columnas e imágenes de noticieros durante más de cuatro años, tiene como punto de partida la justificación de la guerra de Irak y sus protagonistas colectivos son dos de los agentes sociales que más influencia tienen en la Opinión Pública: políticos y periodistas.
Durante el proceso judicial que desencadenó fueron investigadas personas de la jerarquía de poder en cotas muy altas, incluso en algunos sectores se pensó que podría dar lugar a juzgar políticamente a los arquitectos de una guerra que aún hoy sigue causando un daño irreparable.
Los acontecimientos que acompañaron al juicio desvelaron escenas que parecían sacadas de una película de acoso judicial y corrupción, pero en las que la realidad superó a la ficción. (Se puede vislumbrar en la cinta sobre el caso, “Fair Game”, del director Doug Liman y con los actores Sean Penn y Naomi Watts). Así pasó con los descarados abusos de poder, las acusaciones de falsas declaraciones, las presiones de grupos influyentes, la censura política, los rumores de relaciones sexuales entre los afectados o la utilización de un chivo expiatorio que paga con todas las culpas.
Uno de los aspectos más significativos a la hora de elegir el seguimiento de este caso es el papel que juega todo el tiempo el Periodismo (con mayúsculas) y la Libertad de Expresión y de Prensa como derechos fundamentales. En el “Plamegate” se pone de relieve una vez más el perverso círculo que existe, originariamente en EE.UU. (principal ecosistema informativo de la noticia) pero por extensión en todos los países occidentales, para justificar la guerra de Irak ante la Opinión Pública.
El caso Plame descubre sin tapujos los entresijos del Poder y cómo éste se sirve de los Medios de Comunicación para conseguir sus propósitos. Esto, en algunos momentos, lleva a los periodistas a lidiar con la vulneración de los compromisos de Confidencialidad y Secreto Profesional que día a día se exige de ellos para proteger a las fuentes.
Es una noticia que nace en 2002 cuando se preparan desde la Casa Blanca las pruebas que posteriormente justificarán la invasión de Irak por posesión de armas de destrucción masiva, y la estrategia de seguridad basada en la guerra preventiva.
El caso Plame, por tanto, viene a sumarse al espectáculo mediático y lleno de absurdas mentiras que supusieron los prolegómenos de la invasión, poniendo encima de la mesa las tácticas sin escrúpulos del Gobierno del presidente George W. Bush para justificar una guerra sólo beneficiosa para las grandes empresas petroleras, armamentísticas y de infraestructuras.
NanoMundo no pretende interpretar demasiado la información, sino que busca que quien se atreva a meterse en las entrañas del mundo Plame encuentre una relación de hechos, biografías y casos relacionados que le permitan por sí mism@ elaborar sus propias conclusiones.
AÑO 2002
Febrero: El diplomático estadounidense Joseph Wilson viaja a Níger, por encargo de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), para comprobar si las autoridades de Irak han realizado una compra de uranio en ese país. En el informe que presenta a sus superiores tras finalizar la misión concluye que esa compra nunca existió. Wilson es un veterano diplomático, que ha ejercido como embajador tanto en gobiernos demócratas como republicanos.
Desde enero de 1976 a 1987 estuvo destinado en Níger, desde 1988 a 1991 en Irak y des 1992 a 1995 en otras tres naciones africanas.
AÑO 2003
Enero: Tres meses antes de la invasión de Irak y del inicio de la guerra, Bush declara, en uno de sus famosos discursos sobre el estado de la Unión, dieciséis palabras que quedarán en la historia: «El gobierno británico se ha enterado de que Sadam Hussein recientemente buscó cantidades significativas de uranio en África «. Además asegura que Irak posee armas de destrucción masiva. Ambos argumentos fueron enarbolados tanto en los países aliados de EE.UU. como en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para justificar la guerra.
6 Julio: Casi cuatro meses después del inicio de la invasión, Joseph Wilson publica un artículo en The New York Times titulado “Lo que no encontré en África”. En el texto relata su viaje a Níger y ofrece pruebas de que la compra de uranio de la que Bush y todo su equipo han hablado nunca existió. (“Basado en mi experiencia con la Administración en los meses previos a la guerra, no tengo más remedio que concluir que parte de las pruebas de inteligencia aportadas sobre el programa nuclear de Irak se han distorsionado para exagerar la amenaza iraquí”). También denuncia esta manipulación en un programa de la cadena televisiva NBC.
14 de Julio: Robert Novak, columnista conservador sindicado en el Chicago Sun Times y afín al Gobierno de Bush, escribe el artículo “Misión en Níger”, que se publicará en cerca de 300 periódicos estadounidenses.
En él revela que la esposa del diplomático Wilson, Valerie Plame, trabaja para la CIA y que por ese motivo (supuesto favoritismo), Wilson fue elegido para la investigación en el país africano. («… Dos altos funcionarios me han dicho que fue la mujer de Wilson, Valerie Plame, una agente de la CIA experta en armas de destrucción masiva, la que recomendó a su marido…»). Las fuentes que pasaron esa información a Novak se mantienen en secreto ya que en EE.UU. desvelar el nombre de un agente de la CIA está considerado como un delito federal pagado con 10 años de cárcel (Sección 421 del Acta de Protección de las Identidades de Inteligencia, 1982).
17 de Julio: El periodista de la revista Time Matthew Cooper publica también una información sobre el caso basándose en las mismas fuentes secretas y anónimas mencionadas por Novak días antes (“algunos funcionarios del Gobierno”).
28 de Julio: The Washington Post revela que las fuentes oficiales que hablaron con Novak (y descubrieron la identidad secreta de Valerie Plame) lo hicieron también, al menos, con otros seis periodistas.
29 de Septiembre: La polémica aumenta ante la sospecha de que el nombre de la agente secreta fue filtrado desde la Casa Blanca. La filtración formaría parte de una campaña de descrédito al diplomático Wilson en represalia por publicar su artículo en contra de la guerra. La intención, entonces, de la Casa Blanca sería transmitir que el trabajo de Wilson fue consecuencia de una operación de nepotismo: su mujer Valerie Plame se las había arreglado para enviarle a Níger. Además, la campaña también hacía referencia a que Wilson, supuesto simpatizante del opositor Partido Demócrata, habría utilizado las conclusiones de su informe para desfavorecer a la Administración de Bush.
La CIA consigue que se inicie una investigación formal en el Departamento de Justicia para averiguar el origen de la filtración. Dentro de ella se pide a los funcionarios del Gobierno que entreguen toda la información que poseen sobre el caso.
9 de Octubre: Acaba el plazo para que los funcionarios de la Casa Blanca entreguen la documentación que pueda ser importante para el caso. Los abogados del Gobierno cuentan a partir de esta fecha con dos semanas para analizarlos antes de su entrega al Departamento de Justicia.
30 de Diciembre: El fiscal general de EE.UU. en ese momento, John Ashcroft, abandona la investigación y nombra en su lugar a un fiscal independiente, Patrick Fitzgerald. Fitzgerald, que finaliza la investigación preliminar y comienza una pesquisa criminal, es especialista en casos de crimen organizado y terrorismo en Nueva York. Anuncia que se servirá de un Gran Jurado, una modalidad que establece que el jurado, formado por entre 16 y 25 miembros y seleccionados del mismo modo que los jurados normales, decidirá antes del juicio si realmente existen méritos y pruebas para llevar el caso ante un juez. Tradicionalmente se le conoce como Voz de la Comunidad.
AÑO 2004
Durante este año y parte del siguiente, el fiscal Fiztgerald se dedica a profundizar en la investigación.
6 de Febrero: Testifica ante el Gran Jurado Scott McClellan, jefe de prensa de la Casa Blanca.
4 de Junio: Bush contrata al abogado James Sharp con la intención de que le represente si es llamado a declarar ante el Gran Jurado. Sharp es un profesional reconocido entre las elites estadounidenses por su participación en la defensa de involucrados en casos como el Irán-Contra, Watergate y Enron, entre otros.
5 de Junio: The New York Times revela que el vicepresidente, Dick Cheney, ya ha declarado ante el fiscal y que “fue preguntado acerca de si tuvo conocimiento de algún tipo de plan coordinado para revelar el nombre de la agente”.
También se ha dado a conocer que han declarado ante Fitzgerlad, el consejero de la Casa Blanca y posteriormente fiscal general, Alberto Gonzales, (sustituyó a Ashcroft) y el encargado de la Casa Blanca para las relaciones con las televisiones, Adam Levine.
24 de Junio: Bush es interrogado por Patrick Fitzgerald durante más de una hora en el Despacho Oval. La reunión fue descrita como “entrevista” y no como “declaración”.
Julio: Un informe del Comité de Inteligencia del Senado cuestiona buena parte del relato de Wilson sobre el uranio y centra el debate en la recomendación de su mujer para la misión.
9 de Agosto: Los periodistas a los que se les filtró la información van desfilando ante las autoridades judiciales. Cooper, de la revista Time, se niega a declarar ante el Gran Jurado sobre las fuentes que le pasaron la información. Ante eso, el juez Thomas F. Hogan acusa a Cooper de desacato y le condena a cárcel y a pagar una multa diaria de mil dólares mientras se siga negando a testificar. Aunque la condena se suspende porque sus abogados recurren la decisión, en los medios de comunciación estadounidenses comienza el debate sobre los límites del secreto profesional y de la libertad de prensa. Muchos de ellos interpretan la medida del juez contra Cooper como una “amenaza para los periodistas y para la libertad de expresión”.
12 de Agosto: La periodista de The New York Times Judith Miller recibe una citación para declarar ante el juez.
23 de Agosto: Mathew Cooper declara de nuevo, esta vez ante el fiscal Fitzgerald.
12 de Octubre: El juez Thomas F. Hogan ordena el encarcelamiento, también por desacato, de Judith Miller, la periodista de The New York Times, durante 18 meses por negarse a revelar sus fuentes confidenciales. Miller llevó a cabo varias entrevistas relacionadas con el tema y aunque no llegó nunca a publicar ningún artículo sobre la agente de la CIA, el juez considera que manejó información confidencial relevante para la investigación.
La doctrina del Tribunal Supremo sobre la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense ampara a los periodistas que se refugien en la libertad de prensa y el secreto profesional, pero el juez Hogan prefiere esperar las resoluciones de los recursos.
AÑO 2005
16 de Febrero: El Tribunal Supremo de EE.UU. obliga a los periodistas citados en la investigación a revelar sus fuentes si no quieren ir a la cárcel. Esta decisión, tomada unánimemente por tres jueces del Tribunal Federal de Apelaciones de Washington, parece que tambalea los cimientos de la profesión periodística y de la libertad de expresión y se oyen voces discrepantes tanto dentro del país como en Europa. Los jueces han tomado su decisión tras considerar que la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de información, no ampara a los periodistas que investigan un caso criminal.
Junio: En este mes, la agente de la CIA Valerie Plame vuelve a incorporarse a su trabajo.
30 de Junio: La revista Time anuncia que entregará al juez las notas recogidas por su periodista Mathew Cooper para que no vaya a la cárcel.
4 de Julio: Se desvela el contenido de los documentos de Time: en diversos correos electrónicos de Mathew Cooper se identifica a Karl Rove, consejero del presidente y uno de los principales estrategas del Partido Republicano, como la persona que filtró a varios periodistas la identidad de Valerie Plame. Sin embargo, el abogado de Rove, Robert Luskin, niega que su cliente fuese el origen de la filtración, a pesar de que hablara con varios periodistas en aquella semana de julio de 2003. Las notas de Cooper afirman que la información se propagó por más de una fuente.
6 de Julio: Cooper se muestra ahora dispuesto a colaborar con el juez porque, supuestamente, su fuente le ha autorizado a eximirse del compromiso de confidencialidad. Por el contrario, Judith Miller es condenada a prisión hasta octubre por negarse a declarar. El juez rechaza el arresto domiciliario y la sentencia causa un gran impacto en todos los medios de comunicación. La reportera se mantiene firme y declara que pase el tiempo que pase en la cárcel nunca traicionará a su fuente. «Si no se puede confiar en que los periodistas mantengan en secreto lo que se les dice en confianza, entonces los periodistas no pueden trabajar y no puede haber prensa libre», asegura.
Miller se convierte estos días en símbolo de la libertad de prensa tanto dentro como fuera de su país, aunque también se recuerda desde algunos foros que la periodista ayudó a la Casa Blanca a construir una Opinión Pública favorable a la guerra de Irak y a sustentar los argumentos sobre las armas de destrucción masiva.
7 de Julio: The New York Times publica un editorial en el que defiende a su trabajadora y lamenta la colaboración de la revista Time. En todos los medios impresos importantes de EE.UU. y Europa se encuentran editoriales sobre la noticia, la mayoría de ellos en rechazo a la decisión del juez. Se trata de uno de los momentos cumbre del Caso Plame. Los periodistas se llevan las manos a la cabeza y defienden con fuerza la libertad de prensa y el compromiso de confidencialidad. La actitud de Judith Miller es calificada de heroica.
13 de Julio: Los senadores demócratas piden la dimisión del asesor de Bush, Karl Rove, al que las sospechas apuntan como artífice de la campaña contra Wilson y como la fuente de la información desvelada. Bush, preguntado por la implicación de Rove en una comparecencia con el primer ministro de Singapur, hace como que no la ha oído.
16 de Julio: Según fuentes anónimas que apuntan a filtraciones desde el Gran Jurado, (más filtraciones…), Karl Rove habría conocido la identidad de la agente secreta por medio de un periodista, por lo que se plantearía la versión de que cuando, en 2003, el columnista Robert Novak llamó a Rove para hablar del caso, lo habría hecho con intención de corroborar la información que poseía y que, por tanto, ya sabría que la mujer de Wilson trabajaba para la CIA. El abogado de Rove confirma esa versión “filtrada” cuando apunta que era lo que había dicho su cliente en las declaraciones del verano anterior.
18 de Julio: Pese a las declaraciones de la defensa de Rove, el periodista Cooper escribe en Time que al primero que escuchó hablar sobre Valerie Plame fue al consejero. En los corrillos de Washington se habla de que fue Rove la primera fuente sobre el caso y que Lewis Libby, el jefe del gabinete del vicepresidente Dick Cheney, fue el que lo confirmó a los periodistas. Por su parte, Bush declara a periodistas que promete despedir a cualquier persona que trabaje en la Casa Blanca y que haya cometido un delito.
30 de Septiembre: Judith Miller, tras 85 días en la cárcel, por fin declara ante el Gran Jurado sobre sus fuentes, argumentado que ahora le han dado autorización, y desvela que la información se la había suministrado Lewis Libby, abogado del vicepresidente Dick Cheney a la vez que jefe de su gabinete y su asesor para asuntos de seguridad nacional. Libby trabajó también para la Administración del ex presidente Ronald Reagan, en el Departamento de Estado y en el Pentágono. Parece que además de todo esto, también jugó un papel fundamental en la reunión de acusaciones, que después se demostraron como falsas, sobre las armas de Sadam Hussein.
El abogado de Libby asegura que la autorización de su cliente para que la periodista Miller pudiese desvelar a su fuente ya estaba en orden desde un par de meses antes. Esa declaración plantea la posibilidad de que entonces Miller estuviera protegiendo a otra persona.
12 Octubre: El fiscal Fitzgerald pide a Judith Miller que vuelva a testificar ante el jurado para explicar algunas notas y especificar algunos datos.
15 Octubre: Karl Rove, “niño prodigio” de Bush declara ante el Gran Jurado por cuarta vez, esta vez durante más de cuatro horas, según confirma su abogado.
16 Octubre: Judith Miller relata en su diario, The New York Times, lo más importante de su declaración de cuatro horas en septiembre ante el Gran Jurado. Explica también que sus notas sobre tres conversaciones con Lewis Libby indican “que antes de que Wilson publicara sus críticas”, Libby ya le había dicho a ella que la mujer del diplomático “podría haber trabajado sobre armas no convencionales en la CIA”. “Mis notas no muestran que Libby identificara a la mujer de Wilson por su nombre», escribió la periodista. «Dije que creía que la información venía de otra fuente que me era imposible recordar», añadió. «Le conté al Gran Jurado la frustración y el enfado de Libby por la filtración selectiva de la CIA y otras agencias para distanciarse de sus inequívocos informes anteriores a la guerra (…) y traspasar la culpa a la Casa Blanca», relata la periodista en su periódico.
22 Octubre: El presidente Bush declara que la investigación que se desarrolla en torno a la actuación de miembros de su equipo por las filtraciones son “ruido de fondo y especulaciones”. Por otra parte, el fiscal desecha la acusación de delito federal por revelar la identidad de un agente secreto y se centra en las acusaciones de perjurio y obstrucción a la justicia teniendo en el punto de mira las declaraciones de Libby y Rove que se contradicen.
23 Octubre: The New York Times se separa de la periodista Judith Miller porque considera que colaborar con la justicia después de haber estado en la cárcel levanta dudas sobre su ética. En un comunicado del rotativo se afirma que las relaciones de la periodista con gente de la Administración Bush son demasiado estrechas, (bajo cuerda se sugiere que mantenía un romance con el propio Libby). El texto añade que en la redacción han descubierto que Miller era una de las receptoras de rumores salidos del Gobierno referentes a las pruebas esgrimidas para la guerra. Sus directivos consideran que se ha movido en el oscurantismo y aseguran que no es la primera vez que oculta información.
25 de Octubre: The New York Times publica que, según los “abogados del caso”, la fuente que reveló el nombre de la agente secreta Valerie Plame fue el propio vicepresidente, Dick Cheney, el cual se la desveló a Libby en una reunión que ambos mantuvieron semanas antes de que se publicara en la prensa. A su vez, Cheney se habría enterado de la identidad de Plame, supuestamente, a través de George Tenet, el director de la CIA en ese momento. La Casa Blanca ni confirma ni desmiente. Esta hipótesis da paso a la acusación por perjurio y obstrucción a la justicia contra Libby, quien hasta entonces había declarado repetidamente que se enteró de la identidad de Plame por la prensa.
28 de Octubre: Tras 22 meses de trabajo finaliza el plazo del Gran Jurado y de las investigaciones del fiscal para determinar si se van a realizar algunos procesamientos. Rumores cercanos a la Casa Blanca y al mundillo de los periodistas en Nueva York dan a entender que Libby, que ha tenido bastantes contradicciones en sus declaraciones, va a ser procesado, quizás como un chivo expiatorio, ya que muchos hechos dejan traslucir que los peces gordos del asunto son Karl Rove y el vicepresidente Dick Cheney.
29 de Octubre: El fiscal Fitzgerald acusa formalmente a Lewis Libby, jefe del gabinete del vicepresidente Cheney desde 2001, de cinco cargos: uno por obstrucción a la justicia, dos por falsedad y dos por perjurio. Si es considerado culpable de todos ellos podría llegar a ser condenado a 30 años de cárcel y a una multa de más de un millón de dólares. Ante estos hechos, la Casa Blanca anuncia la dimisión de su colaborador. Karl Rove se libra del procesamiento pero seguirá siendo investigado.
Por primera vez desde hace 135 años un alto cargo de la Casa Blanca en activo es procesado judicialmente. Muchos de los comentaristas consideran que si, finalmente, se llega a enjuiciar a Libby, sería también, de algún modo, un juicio contra la preparación y las pruebas falsas esgrimidas para justificar la guerra de Irak y contra las campañas que se crearon para combatir a los críticos con ella. Según el fiscal, el procesamiento es importante porque, para mantener la seguridad de EE.UU., es imprescindible proteger a los agentes de la CIA. En unas declaraciones a la prensa señala que «la obligación de no mentir sirve para todos, incluidos los que ocupan puestos de responsabilidad en el Gobierno».
Cheney y Bush, tristes por la dimisión, defienden la presunción de inocencia pero las declaraciones de Bush intentan quitar hierro al asunto y afirma que “hay cosas mucho más importantes por las que preocuparse, como la lucha contra el terrorismo”. Por su parte, la oposición demócrata habla de alto nivel de corrupción en la Casa Blanca y también algunos sectores republicanos se alegran por la “limpieza moral” del gabinete.
Según el redactor del periódico español El País Javier del Pino cuando, en 2001, Libby accedió al cargo le preguntaron que hasta cuándo quería trabajar en la Casa Blanca y éste respondió, en broma: «Hasta que sea imputado».
El diplomático Joseph Wilson manifiesta su alegría al conocer la decisión y también hace un balance de la situación política del presidente Bush, con el añadido de su fallida gestión en la crisis del huracán Katrina. (De hecho, en los círculos cercanos a la Casa Blanca se afirma que Bush estuvo tan lento a la hora de gestionar la crisis del desastre en Nueva Orleans porque su asesor predilecto, Karl Rove, estaba entre las cuerdas con esta investigación. ¿Hasta qué punto Rove tenía influencia en la Presidencia?)
31 de Octubre: Los senadores demócratas reclaman al Gobierno una disculpa por el Caso Plame y piden que Bush y Cheney se sinceren con el pueblo estadounidense.
1 de Noviembre: Cheney reemplaza al procesado Libby con dos hombres de confianza (dos hombres para el trabajo que hacía uno): David Addington, que se hará cargo de la jefatura del gabinete, y John Hannah que asumirá la Consejería de Seguridad Nacional.
3 de Noviembre: Libby se declara inocente en su comparecencia ante el juez federal Reggie Walton. Por otra parte, Karl Rove, aún sigue en el candelero. Fuentes anónimas de la Casa Blanca declaran a The Washington Post que mientras Rove siga en el poder, Bush estará tocado políticamente. Las encuestas dan datos desalentadores a Bush: un 60 por ciento de los entrevistados desaprueba su gestión y un 58 por ciento cuestiona su honradez. Se trata de los niveles más bajos de popularidad desde que accedió al poder en 2001.
9 de Noviembre: The New York Times pacta la salida de su plantilla de Judith Miller después de 28 años en el periódico. La explicación de Miller, de 57 años, es que su despedida se produce, en parte, porque sus colegas discreparon de su decisión de prestar testimonio pero, sobre todo, porque en los últimos meses se ha convertido en noticia, algo que una periodista de The New York Times nunca debe ser. Por otra parte, considera que ha sido el “pararrayos del furor público sobre el espionaje”. Sus compañeros del periódico tienen otra versión: se sintieron engañados tras el conflicto ético que surgió después de que Miller publicara el contenido de su declaración ante el Gran Jurado, con detalles sobre sus encuentros con Libby que no había contado a sus jefes y que, además, contradecían testimonios anteriores.
10 de Noviembre: Se produce la derrota del Partido Republicano en dos estados en los que se realizaban comicios, lo que demuestra el desgaste de Bush. También se destapan otras filtraciones a la prensa sobre la existencia de cárceles secretas de la CIA al margen de la ley.
14 de Noviembre: A pesar del inminente juicio, el fiscal se encuentra con nuevas pruebas. El director adjunto de The Washington Post, Bob Woodward, revela que, un mes antes de la filtración en la prensa, mantuvo una conversación telefónica con un alto funcionario de la Casa Blanca en la que le nombraron a Valerie Plame. Bob Woodward es el periodista que, junto a Carl Bernstein, destapó el escándalo del Watergate, que hizo caer al gobierno de Richard Nixon y que, una década más tarde, desveló información fundamental sobre el caso Irán-Contra del gobierno de Ronald Reagan.
Woodward declara ante el fiscal que es ahora cuando destapa esta información porque es el momento en que su fuente le ha autorizado. De su declaración se deduce que fue él el primer periodista al que se le filtró la identidad, aunque según Woodward no sabía que la información que se le estaba revelando era secreta.
15 de Noviembre: Los abogados de Lewis Libby reaccionan ante la declaración de Woodward y afirman que este nuevo dato contradice la versión del fiscal de que fue Libby el primer cargo del Gobierno en revelar la información clasificada. Se cae parte de la teoría del fiscal ya que, al parecer, Libby no mintió al jurado cuando declaró que la identidad de Plame era conocida por periodistas.
10 Diciembre: Valerie Plame abandona la CIA. Aparecen en los medios nuevos escándalos sobre escuchas telefónicas ilegales no autorizadas, informaciones, también, procedentes de presuntas filtraciones gubernamentales.
AÑO 2006
10 Febrero: La cadena NBC anuncia que la defensa de Libby alegará que el vicepresidente Cheney participó en las filtraciones de información. Los abogados del ex asesor se basan en unas cartas que han intercambiado con el propio fiscal Fitzgerald, en las que éste afirma que Libby testificó ante el Gran Jurado que había sido «autorizado por sus superiores» para filtrar información con contenido clasificado a la prensa.
Marzo: Cuando se cumple el tercer aniversario del inicio de la guerra de Irak, el gobierno de Bush anuncia una revisión de la Estrategia de Seguridad Nacional donde, a pesar de reconocer la inexistencia de las armas de destrucción masiva, (que ya adelantaba el diplomático Wilson), renueva el concepto de seguridad preventiva.
6 Abril: Se difunden unos documentos judiciales del fiscal donde Libby asegura que el propio Bush autorizó en persona la filtración de información clasificada. En los documentos también se señala a Dick Cheney como la persona que le encargó a Libby la filtración. La conversación entonces entre Libby y la periodista Judith Miller «tuvo lugar sólo después de que el vicepresidente dijese al acusado que el propio presidente había dado la autorización para revelar cierta información», reza el texto. Estos documentos se han hecho públicos a petición de los abogados del ex asesor acusado. Parece que Libby se negó en un principio a filtrar la información y fue entonces cuando Cheney le dijo que el propio Bush había autorizado la campaña.
7 Abril: La Casa Blanca, a través de su portavoz, Scott McClellan, declara que se niega a realizar cualquier comentario sobre los documentos que señalan a Bush mientras la investigación siga abierta. Eso sí, McClellan, en la rueda de prensa, deja claro que el presidente de EE.UU. tiene poder para desclasificar los documentos que quiera y cuando quiera si considera que son de interés público. (¿?) Estas declaraciones abren un debate sobre los límites del poder presidencial y se une a la polémica por la permisividad de Bush con el caso de las escuchas telefónicas ilegales.
19 Abril: Karl Rove abandona su cargo de asesor personal del presidente para dedicarse por entero a recuperar los índices de popularidad del Gobierno, que están por los suelos (muy parecidos a los del gobierno de Nixon en pleno Watergate), con vistas a las elecciones legislativas de noviembre.
Por otra parte, Scott McClellan, el portavoz de la Casa Blanca desde julio de 2003, presenta su dimisión en una comparecencia junto a Bush.
26 Abril: Karl Rove vuelve a declarar ante el tribunal de Washington en la que ya es su quinta comparecencia, esta vez para responder sobre los contactos que mantuvo uno de sus abogados con una periodista de Time.
Además, el juez del caso, Reggie Walton, rechaza la petición de los abogados de Libby de desestimar los cargos contra su cliente por considerar que el fiscal se extralimitó en sus funciones. Según los abogados de Libby el caso correspondería más al fiscal general. El juez considera que cuando Ashcroft delegó el caso a Fitzgerald le estaba autorizando para investigar con todas las competencias.
12 Mayo: Fitzgerald presenta unas pruebas que podrían implicar al propio Cheney en el caso. Se tratan de unas anotaciones, realizadas al lado de una copia del artículo que Wilson publicó en The New York Times, en las que se puede leer: “¿Han hecho este tipo de cosas antes? ¿Enviar a un embajador a evaluar una situación? ¿Normalmente enviamos a gente de este tipo a trabajar para nosotros? ¿O es que le ha enviado su mujer enchufado?”. Según el fiscal, estas notas demuestran que el artículo de Wilson llamó la atención de forma importante del vicepresidente.
13 Junio: Se informa a la Casa Blanca de que el fiscal finalmente no va a presentar cargos contra Karl Rove. Bush se entera de la noticia durante un viaje sorpresa que ha hecho a Irak y en el avión Air Force One declara a los periodistas que el Caso Plame “es ya un caso cerrado” (a pesar de que Libby está pendiente de juicio) y que el fiscal Fitzgerald “ha llevado su investigación de una forma muy digna”.
13 Julio: Valerie Plame presenta una demanda en un juzgado del Distrito de Washington contra Dick Cheney, Lewis Libby y Karl Rove, además de contra diez cargos más de la Casa Blanca, acusándolos de conspiración para destruir su carrera como agente de la CIA. La querella también la firma su marido Joseph Wilson.
Por otra parte, el periodista Robert Novak desvela por primera vez la conversación que mantuvo con Karl Rove sobre Plame: “Entiendo que su mujer trabaja en la CIA y que ella puso en marcha la misión», le dijo Novak a Rove y éste contestó: «Oh, así que tú también lo sabes». No obstante, la Casa Blanca asegura que lo que Rove contestó fue: «Yo también he oído eso». Novak mantiene su negativa a revelar su fuente principal y afirma que Rove sólo le confirmó la información que él ya conocía.
31 Agosto: Aparece en escena Richard Armitage, viceministro de Estado durante el primer mandato de Bush, a las órdenes de Colin Powell. Revela que él fue la primera fuente que habló sobre Plame con Robert Novak. Sucedió en una “conversación informal en su despacho”, según el abogado de Armitage. Al parecer, el ex viceministro descubrió la información sobre Plame en unas notas del subsecretario de Estado Marc Grossman. Grossman, a su vez, estaba investigando entonces a la agente de la CIA porque el vicepresidente, Dick Cheney, a través de Lewis Libby, se lo había encargado con la finalidad de averiguar si Plame había influido en el nombramiento de su marido como diplomático encargado de verificar si Sadam Hussein había comprado uranio.
En un libro de los escritores Michael Isikoff y David Corn aparecen unas declaraciones en las que Armitage declara a algunos de sus compañeros de la Casa Blanca que él era la fuente que todos estaban buscando.
5 Octubre: En una entrevista en la cadena de televisión CBS y días más tarde en otra en The New York Times, Armitage confiesa ser la fuente más buscada estos años. El ex viceministro afirma: “Fue un terrible error por mi parte. No ha habido un día en que no sintiera que había defraudado al presidente, al secretario de Estado, a mis colegas, a mi familia y a los Wilson. Valoro mi capacidad para mantener secretos de Estado. Esto estuvo mal y me siento mal por ello”. También fue él el que habló con Bob Woodward, que fue el primer periodista en manejar la información clasificada. Según explica, ha mantenido silencio durante todo este tiempo a petición del fiscal Fitzgerald.
19 Diciembre: Los abogados de Libby solicitan la comparecencia como testigo del vicepresidente Dick Cheney, según informa la cadena de televisión CNN.
AÑO 2007
16 Enero: Comienza el juicio contra Libby por perjurio y obstrucción a la justicia. Sus abogados lo presentan como el chivo expiatorio que está pagando todas las culpas. Si finalmente Cheney fuese llamado a declarar sería el primer vicepresidente de la historia de EE.UU. en hacerlo. En el proceso de selección del jurado, los abogados de Libby preguntan cuestiones como «¿Cuál es su preferencia política?», «Por favor, describa sus opiniones sobre el vicepresidente Dick Cheney» o «¿Tiene sentimientos acusados sobre la guerra en Irak?”.
29 Enero: Testifica ante el jurado Ari Fleisher, antiguo secretario de prensa de la Casa Blanca. Afirma que Libby le habló de Plame en un momento importante de la investigación. Testifica que Libby, el 7 de julio de 2003, le invitó a comer por primera vez desde que ambos trabajaban en la Casa Blanca. Durante la comida Libby sacó el tema del artículo de Wilson y, al parecer, le dijo: “Wilson debe haber sido enviado por su mujer, que es agente de la CIA”. Fleisher declaró que tras esa frase, Libby le reveló el nombre de Plame.
30 Enero: Comparece como testigo la periodista Judith Miller que señala a Libby como la persona que más información le suministró en su investigación sobre la compra de uranio de Sadam en Níger y como la fuente que le reveló el nombre de la agente Valerie Plame. También afirma que, en otra reunión con Libby a principios de julio de 2003, el ex funcionario le concretó que Plame trabajaba en el departamento de armas de destrucción masiva. Estas declaraciones contradicen lo que declaró el propio Libby de que escuchó por primera vez el nombre de Valerie Plame en un programa de televisión. Los abogados de Libby alegan que su cliente no recuerda haber tenido estas conversaciones.
10 Febrero: Le toca el turno de testificar a Catherine Martin, la directora de comunicación del gabinete de Cheney cuando estalló el escándalo. Martin ofrece al jurado todo lujo de detalles de cómo la Casa Blanca filtraba mensajes con información que le interesaba que sacaran los medios, cuáles eran los periodistas predilectos del Gobierno y cuáles estaban vetados.
14 Febrero: Finalmente los abogados de Libby descartan que el vicepresidente Cheney sea llamado a declarar. Aún así, los abogados del acusado siguen manteniendo que su cliente conoció la identidad de Plame por boca del vice, pero el juicio ya ha entrado en otra fase y finalmente Cheney no tendrá que sentarse ante el jurado.
2 Marzo: La revista Vanity Fair adelanta que la Warner Bros. ha adquirido los derechos de Valerie Plame y Joseph Wilson para llevar al cine la historia de sus vidas. La cinta se basará en el libro de memorias de la propia Plame, “Fair Game”, por cuya publicación la ex agente alcanzó un acuerdo con la editorial Simon & Schuster de 2,5 millones de dólares.
6 Marzo: Después de dos semanas de deliberaciones, los integrantes del jurado declaran culpable a Irving Lewis Libby de cuatro de los cinco delitos de los que el fiscal le acusaba: dos de perjurio, uno de obstrucción a la justicia y otro de falso testimonio. Rechazan de ese modo la tesis central de los abogados defensores de que su cliente estaba demasiado ocupado con asuntos de gran responsabilidad como para recordar si había hablado con la prensa sobre la ex espía de la CIA. La pena puede llegar a ser de 25 años de cárcel y un millón de dólares de multa pero se prevé que la sentencia no sea públicada hasta junio. En los medios se interpreta la culpabilidad del asesor como extensible a todo el Gobierno de Bush.
Cheney, tras enterarse del veredicto, difunde un comunicado en el que afirma que se siente «muy decepcionado» con la decisión: «Scooter (Libby) sirvió a nuestra nación incansablemente y con gran distinción durante muchos años».
Se trata de la primera sentencia contra un alto cargo en activo desde hace 20 años, cuando estalló el escándalo del Irán-Contra por el que se condenó a altos funcionarios por haber financiado la guerra sucia de Nicaragua con fondos conseguidos por la venta de armas a Irán, enemigo acérrimo de EE.UU.
Por su parte el fiscal, Patrick Fitzgerald, anuncia que no va a seguir investigando y que no habrá más acusaciones por parte de la Fiscalía.
8 Marzo: El ex diplomático Joseph Wilson declara que aunque está contento por el veredicto del jurado, él y su esposa siguen adelante con una demanda civil que ya interpusieron contra Cheney, Rove, Libby, Fleischer y Armitage. Y que además piensa contar con documentos que no han podido usarse en el juicio contra Libby como las notas de las declaraciones de Bush y Cheney ante el fiscal en el verano de 2004.
16 Marzo: Valerie Plame rompe su silencio de casi cuatro años y hace una comparecencia bajo juramento ante un comité del Congreso que busca aclarar políticamente todo el asunto. Sus declaraciones son retransmitidas por numerosas televisiones. «Altos funcionarios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado usaron mi nombre y mi identidad sin ningún cuidado y de forma irresponsable», señala y añade que “no podía seguir haciendo el trabajo” para el que se entrenó “duramente”; “Me quedé fuera de juego en un solo segundo”; «hicieron un uso despreocupado e imprudente de mi identidad». Además, señala que «es una terrible ironía que las autoridades fueran las que acabaron con mi protección”. «Si nuestro Gobierno no puede ni tan siquiera proteger mi identidad, los futuros candidatos a agentes se lo pensarán dos veces antes de trabajar para la CIA”.
De Marzo a Junio: Mientras se espera que a principios de junio se fije formalmente la sentencia contra Libby, salen a la luz otros escándalos de la Administración de Bush. El fiscal Patrick Fitzgerald vuelve a ser protagonista de los titulares al descubrirse que estaba en una lista de fiscales “poco amigos” del Gobierno y que el fiscal general tenía pensado despedirle. Ante estos descubrimientos, la prensa, el Senado y el Congreso comienzan a investigar y, entre otras cosas, descubren la pérdida de un millón de correos electrónicos enviados desde la Casa Blanca entre otros por Karl Rove.
5 Junio: Se hace pública la sentencia contra Libby: dos años y medio de cárcel y 250.000 dólares de multa.
En la lectura de la sentencia, el juez Reggie B. Walton argumenta que “las pruebas de este caso establecen de manera abrumadora la culpabilidad de Libby”. Y añade: “Profeso el mayor de los respetos hacia las personas que asumen cargos en nuestro Gobierno y aprecio el esfuerzo tremendo que hacen para proteger nuestro país. Sin embargo, también creo que es importante exigir y esperar mucho de las personas a las que situamos en esos cargos. El señor Libby no estuvo a la altura». Al parecer, Walton también hizo públicas numerosas cartas de apoyo a Libby que recibió en la última parte del proceso con firmas como las de Henry Kissinger o la del ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld, que pedían al juez que tomara en consideración las muchas contribuciones de Libby al país.
2 Julio: El mismo día en que Libby tendría que haber entrado en la cárcel (al rechazar un tribunal de Washington una petición de sus abogados) Bush conmuta su pena amparándose en el poder que le otorga la Constitución estadounidense y creando una importante polémica. “Respeto el veredicto del tribunal (…) pero entiendo que la pena de prisión que se le ha conminado es excesiva. Así que conmuto la porción de la sentencia que pide que el señor Libby pase treinta meses en la cárcel». Bush mantiene, sin embargo, la pena de multa y de dos años de libertad condicional que también le impuso el juez. Es decir, que de alguna manera acepta cierta culpabilidad.
El fiscal critica contundentemente la medida: “Es fundamental en el imperio de la ley que cada ciudadano sea tratado igual ante la justicia».
13 Agosto: Karl Rove, en una entrevista en The Wall Street Journal anuncia su dimisión aduciendo motivos familiares. El principal consejero político de Bush dejará sus cargos de sub-jefe de Gabinete de la Casa Blanca para Planes Estratégicos y principal asesor del presidente a partir del 31 de agosto. «Simplemente creo que es hora de irse”, declara al rotativo.
19 Julio: El juez John D. Bates desestima la demanda civil de los Wilson y Plame por razones de “competencia”. La defensa del matrimonio apela la decisión judicial.
21 Noviembre: La editorial Public Affairs adelanta un capítulo de un libro de Scott McClellan, portavoz del gobierno de Bush en el momento de la filtración de la identidad de Valerie Plame, en el que el ex jefe de prensa acusa a Bush, a Rove y a Libby de proporcionarle información falsa que él tuvo que difundir en sus comparecencias ante la prensa. «El líder más poderoso del mundo me llamó para hablar en su nombre y ayudarle a recuperar la credibilidad que había perdido por el fracaso en la búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak. Así que estuve sobre el podio de la sala de prensa de la Casa Blanca frente a la luz de los focos durante la mayor parte de dos semanas y exoneré públicamente a dos de los más importantes ayudantes de la Casa Blanca: Karl Rove y Scooter Libby. Había un problema: no era verdad. Sin saberlo, difundí información falsa. Y cinco de los más altos responsables de la Administración estaban implicados en que yo hiciera eso: Rove, Libby, el vicepresidente, el jefe de gabinete del presidente (Andrew H. Card) y el propio presidente”.
Dana Perino, la actual jefa de prensa de la Casa Blanca declara en relación a esa información que «el presidente no ha pedido ni pediría a nadie que difundiese información falsa».
En una de las ruedas de prensa que McClellan rememora en su libro señala respecto a Rove y Libby: «Son buena gente, son miembros importantes del equipo de la Casa Blanca, y ésa es la razón por la que hablo con ellos, para luego poder venir aquí y deciros que no tienen nada que ver».
Según ha anunciado la editorial, el libro, titulado “¿Qué ocurrió? Dentro de la Casa Blanca de Bush y qué va mal en Washington” se publicará en abril de 2008.
4 Diciembre: Henry Waxman, presidente del Comité de Supervisión de la gestión del Gobierno en la Cámara de Representantes desvela que la Casa Blanca ha bloqueado la entrega de unos documentos relacionados con el Caso Plame. Waxman forma parte del Comité que investiga el caso de la filtración de la identidad de la agente secreta desde el punto de vista de un encubrimiento gubernamental y ha pedido en una carta al Fiscal General del Estado que intervenga en el litigio por los documentos. En su carta, el demócrata Waxman relata que el fiscal Fitzgerald ha colaborado con la comisión desde el primer momento y que se comprometió a aportar documentación relacionada con las entrevistas que mantuvo con Bush y Cheney en el verano de 2004. “Desgraciadamente, la Casa Blanca ha estado bloqueando a Fitzgerald en la entrega de documentos clave para el Comité”.
AÑO 2008
12 Agosto: Con un resultado de 2 a 1, tres jueces de la Corte de Apelaciones de Columbia confirman el sobreseimiento de la demanda interpuesta por Wilson y Plame.
AÑO 2009
Primavera: Se estrena en DVD la cinta “Nothing but the truth”, traducida en España como “Nada más que la verdad”, inspirada en la historia de la periodista Judith Miller. Del director Rod Lurie y con los actores Matt Dillon y Kate Beckinsale.
18 Agosto: Fallece el periodista Robert Novak a los 78 años.
AÑO 2010
Noviembre: Se estrena en España la película “Fair Game” traducida como “Caza a la Espía”. Su director, Doug Liman, es un asiduo de las películas de espías tales como “El caso Bourne” o “Mr & Mrs Smith”. La actriz Naomi Watts representa a Valerie Plame y Sean Penn a Joseph Wilson.