Vídeo y Reportaje BioLuz

Aceite de oliva, aceitunas aliñadas y paté de aceitunas (Lucena, Córdoba)

BioLuz | Aceite de oliva, aceitunas aliñadas y paté de aceitunas.

En un rincón del olivar andaluz, una mujer en un mundo liderado por hombres, cultivando en ecológico cuando todos a su alrededor trabajan en convencional y con la industria agroquímica en plena expansión: esos fueron los comienzos de Bioluz y de la aventura ecológica de Esperanza Marín.

“Siempre ayudaba en el campo a mis padres. Cuando llegaba la hora de los tratamientos químicos, yo llevaba una manguera y a veces veía cómo los pajarillos se caían del nido muertos… Poco a poco eso fue calando fuerte en mí, esa impotencia tan grande de ver lo que estábamos haciendo los agricultores, que todo el mundo lo hacía… Ver que se hace mal, pero que lo estamos haciendo todos. ¿Cómo te revelas contra eso?”

“Se había corrido la voz de que ya no se podía volver atrás, de que ahora el ambiente necesitaba ya esos químicos que se le estaba aplicando, y que si no se los dabas, tus olivos no tendrían cosecha porque te atacarían las plagas; una creencia de que teníamos que hacerlo así, pero yo veía que eso no estaba bien y busqué la oportunidad de conocer sobre agricultura ecológica”, recuerda Esperanza.

Además se informó, preguntó, se acercó a gente que, como ella, empezaba a desechar los químicos. Se formó y en 2007, en la tierra heredada de la familia, por fin hizo la conversión de sus olivos a ecológico.

En uno de los cursos de formación se encontró con un grupo de personas que estaban en una situación similar. Juntos, hicieron nacer a Subbética Ecológica. “Empezamos a experimentar, a hacernos entre nosotros consumidores y productores, ver cómo podíamos ir mejorando, qué nos faltaba”, explica. Se convirtió en socia fundadora de nuestra asociación y, durante varios años, formó parte de su Junta Directiva.

“En ese momento era algo de locos. Porque si yo decía que estaba haciendo ecológico me miraban raro y, siempre que lo comentaba entre los hombres, no lo veían viable. Eso me creó muchas incertidumbres, mucho hablar para mí nada más y no expresarme con todo el mundo. Pero hacer lo que tú crees te da mucha fuerza interior y te dices: vale, si estoy nadando a contracorriente pues iré agarrándome poco a poco para llegar al final”, afirma segura.

Las tierras de Bioluz están en las afueras del municipio cordobés de Lucena. Una parte, en la zona conocida como El Calvario y otra, en el Pilar de la Dehesa. Como todos los proyectos que hay detrás de Subbética Ecológica, es también una explotación familiar.

Esperanza ha creado un oasis de diversidad y vegetación natural en un entorno dominado por los olivos y los suelos pobres. Siguiendo sus sueños, ha conseguido devolver vida a la tierra, dando refugio a fauna autóctona que, sin duda, repercute en la calidad de su aceituna y de su aceite y en la salud de quien lo consume.

Después de más de una década de duro trabajo, esta mujer valiente mira al futuro y sólo quiere que los productos de Bioluz “estén en sitios donde los traten con cariño y con respeto, los miren como un producto saludable y los aprecien”. Además, le gustaría que las familias productoras “tuvieran más calidad de vida, que pudieran vivir cómodamente de su trabajo”.

Y tiene claro cuál es el alma que mueve su proyecto: “el amor de los agricultores por la tierra”, que ha vivido en su familia desde que era una niña. A ese amor, le acompaña el significado y el simbolismo del nombre que eligió para su empresa: Bioluz. “La luz del sol en el campo que nos da la vida”, concluye.

Te acercamos la manera de trabajar, los valores y el espacio de nuestros productores y productoras con el afán de estrechar vínculos, cultivar la transparencia y dar a conocer nuestra red.

Alrededor de 450 soci@s integran la Asociación de Productores y Consumidores Subbética Ecológica, que desde el 2009 trabaja para fomentar y afianzar un desarrollo sostenible a través de la producción y el consumo ecológicos.

La campaña “El alma de nuestr@s productor@s” se ha realizado gracias a la colaboración de Diputación de Córdoba.

Entre 2017 y 2022 NanoMundo ha trabajado con la Asociación Subbética Ecológica en la Campaña “El alma de nuestr@s productor@s”: una serie de cortometrajes documentales, reportajes en profundidad y colecciones fotográficas que dan cuenta de las familias productoras que integran este colectivo de producción y consumo ecológicos.

Todo el material de este artículo forma parte de esa campaña.

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